El sólo hecho de decidir salir de la ciudad, de sus ruidos, de su contaminación..........de su todo, hace que todo parezca distinto.
Anochece y aparezco en la playa, llena de vida en medio de lo que parece silencio. Una sensación bellamente solitaria se apodera de todo mi ser. El rugir de las olas subiendo hasta la arena,como queriendose apoderar de ella, sin prisa, intentándolo con constancia. La sombra de las rocas, como gigantes guardianes esperando el amanecer. El cielo oscuro, con alguna que otra estrella luciendo para darle sentido.
El aire suave y la amenaza de una tormenta que no se atreve a romper el hechizo de una noche solitaria y bella.
Una manta
Una hoguera
Un cacharro de tierra
Ron, azúcar y canela......quemando
Música sonando al ritmo del "cremat"
Un baño.....el agua está tibia......tranquila....refrescante y el cuerpo se relaja para disfrutar de todo ello.
Amanece y la playa empieza a llenarse de toallas, cremas, sombrillas......y gritos
Ya no se oyen las olas, y el único astro que se distingue es un sol abrasador.
Es hora de irse......